Recuerdo q nos quedamos pillados cuando pasó el tren, pitó, y todo el campamento se puso a gritar como loco. Cosa curiosa, pero desde ese momento nosotros nos pusimos también a gritar cada vez q pasaba el tren. Se convirtió en un ritual q hay q respetar, incluso desde el interior de la tienda.
Este día, entre q llegamos tarde y q había q buscar a Celaya, nos perdimos los conciertos. Q cosa más compleja puede ser el término “dentro”, cuando Celaya llegó, intentábamos explicar donde estábamos: para mi “dentro” era donde se acampaba, dentro de las vallas q no separaban del pueblo, dentro de los puestos de los de seguridad. Para él, “dentro” era en el recinto de los conciertos, donde estaban ellos. Así claro, como cojones voy a ver el Cadillac hinchable, o él los baños. Por esta chorrada, Leire y yo estuvimos cerca de dos horas dando vueltas, pero al final les encontramos. Cogimos las tiendas de campaña, y dejamos a Janire y Ainhoa con las chicas y nos llevamos a Celaya a donde estaban Ander y Aitor charlando con unos Sevillanos. Dimos una vuelta para situarnos y conocer el sitio, bebimos un poco y estuvimos de tertulia hasta más tarde del amanecer. Luego, intentamos montar las tiendas. Q jodido estaba el tema, aunq teníamos sitio, las clavijas no se clavaban en la piedra, y menos golpeándolas con piedras. Lo hicimos lo mejor q pudimos pero quedó penoso, la tienda se mantenía muy difícilmente en pie, especialmente la tienda en la q dormían Jan y Lei. Se deshacía ella sola a intervalos de media hora. De todos modos, no mucho más tarde, nos acostamos.
10:00 de la mañana, campamento base. Se escucha a un pavo q imagino q estaría a unos 50 metros con un megáfono, gritando “Q pasa neeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeen!!!” durante unos diez minutos, para luego empezar a insultar… juas juas juas menudo pillao.
Al día siguiente empezamos con ganas de conciertos, principalmente era la causa x la q estábamos a casi 600 Km de casa. A las 15:45 empezaba el concierto de Suta y era algo q no nos podíamos perder, así q nos levantamos a una buena hora y fuimos para allá. Tras una pequeña caminata, llegamos a la entrada al escenario. Solo cuando ví como cacheaban al de delante me di cuenta: No se pueden introducir cámaras de foto o vídeo al interior del recinto. Mierda. Yo tenía la mía en el bolsillo, x lo q imaginaba q no me dejaría entrar, y tendría q ir de vuelta al campamento, menudo putadon. Sin embargo… nada de eso, al cachearme agarró la cámara sin sacarla del bolsillo como diciéndome “Sé lo q llevas”, y me dejó pasar. De puta madre, fue un subidón, no solo entraba a ver a Suta sino q además podía sacarles fotos; el sol estaba en lo alto pegando con fuerza, Aitor Gorosabel se estaba rompiendo en el escenario y la peña gritaba emocionada, la mayoría éramos euskaldunes a cientos de kilómetros de casa, juntos para la ocasión; era el primer concierto q veía en el Viñarock, y tenía un maravilloso hachís al q darle fuego. Subidón subidón subidón!! Aitor Gorosabel estaba sonriendo triunfante, se veía q lo pasaba en grande, nos pusimos a agitar la cabeza, a disfrutar de esos punteos q solo los Suta saben hacer. Flipante la canción de Mari, es recordarla y se me pone la piel de gallina, ese grito “txoguá” me sigue alterando. Entre canción y canción, estubo muy en su línea: “Quiero daros las gracias, cada vez q salimos a España nos tratais muy bien, gracias a todos por estar aquí.” :D En el siguiente corte entre canciones: “Esta, dedicada a los q quisieran estar y no pueden, va por nuestros presos” y empezó “Gau iluna”. Si q es cierto q hubo peña q se piró, otros le pitaron, pero la mayoría gritamos y aplaudimos emocionados. No me lo había pasado tan bien en un concierto en mucho tiempo.
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