2010/06/20

Felíz

Este viernes estaba feliz por el maravilloso plan que tenía para este fin de semana: El viernes teatro a ver a los Golden Apple Cuartet, el sábado espeleología (nivel pro) por la mañana, alubiada a mediodía y fiestas de Judimendi con Habeas Corpus por la noche; el domingo estaba planeado ir al Araba Euskaraz con unos colegas. Un plan tan variado como completito. Qué felicidad. :)

El viernes nos reímos un montón con Los Golden en el teatro Principal y nos retiramos pronto para madrugar al día siguiente: por fín llegaba la espeleoalubiada que llevaba tanto tiempo preparando. Nos levantamos a las 7.30 y a las 8.00 salimos dos coches en dirección Dima, donde habíamos quedado con la gente de la espeleo. Yo iba detrás de Nico, subiendo el puerto de Dima, tomando suavemente cada una de las curvas de ese puerto. Adoro conducir y me lo estaba pasando pipa. Era felíz.

A medio puerto nos cruzamos con dos Prosche 911 a toda ostia. 'Habrá una concentración o algo, dijimos'. El siguiente lo escuchamos antes de verlo: escuché el chirriar de unas ruedas y antes de darme cuenta de lo que pasaba un Porsche 911 se estrellaba contra nosotros. Estaba haciendo un trompo, invadiendo nuestro carríl. Todo pasó exageradamente rápido, pero recuerdo el culo del coche viniendo hacia nosotros, el tremendo impacto, la explosión de los airbags, un grito de me cagüen tu puta madre!! que salió tan de las entrañas que ni pasó por la cabeza de alguien detrás de mi, la neblina creada por los petardos que hacen saltar los airbags... grité un '¿estás bien?' a Sira, miré atrás y ví a los acompañantes en perfecto estado; así que salí del coche directo hacia el otro conductor, que ya había bajado del coche, totalmente ileso. De aquí en adelante todo siguió con normalidad, así que no entraré en detalles... en este momento no, no era feliz.


Cuando salimos de urgencias nuestros partes de lesiones hablaban de esguice en un tobillo, contractura cervical, policontusiones, molestias diversas... pero teniendo en cuenta lo que podía haber pasado, ni tan mal. Miraba a mi pareja y sonreía a pesar de su collarín, porque nos tenemos mutuamente. En este momento la felicidad no era la misma, esta era más intensa, más profunda.

Todo esto me ha dado mucho que pensar: A pesar de algunas molestias, podríamos decir que estamos todos perfectamente; el siniestro total del coche simplemente supone dinero (nótese la cursiva) y nosotros estamos enteros. Que por muy bien que vayas, por seguro que conduzcas, si te cruzas con un cafre en la carretera puede pasarte cualquier cosa. No os imaginais lo feliz que me siento de estar aquí. Recuerdo el culo del Porsche a toda velocidad hacia mí... y no puedo describir lo que siento, pero se acerca más al alivio que al pánico. Y en mi interior me siento feliz de algo que nunca había apreciado: Estoy feliz de estar vivo.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

ostras tío, no sabía nada!!!
me alegro que estés bien, cuídate!!!

v dijo...

Estas cosas te hacen valorar todo un poco mas no? Me alegro que no haya sido nada. Supongo que el cafre del Porsche iria a la apertura del circuito de velocidad de Los Arcos. Ahora los flipados invadiran mi pueblo!

Anónimo dijo...

a v: tambien dejaran su pasta en tu pueblo.

a Moran: Me alegro de que estes bien, pero eso te pasa por no ir cruzado!!

:P