2009/10/06

10 años de lo del buho

Hace mucho, mucho tiempo, un chaval que por aquél entonces tenía 16 años contó a varios amigos que en su colegio había un profesor de religión bastante curioso: Llevaba gafas y lentillas, a pesar de eso tan solo veía sombras y distinguía a sus alumnos por la posición que ocupaban más que otra cosa, por lo exageradamente cegato que era: era conocido por sus alumnos como El Buho. Cosas de la juventud (y probablemente con un par de "a que no hay huevos" en la boca) tres colegas de dicho chavalín, a pesar de no estar matriculados ahí, decidiron asistir a una de las interesantísimas clases de El Buho ante la mirada atónita de todos los de la clase, y para el descojono de ellos mismos.

Hoy hace exactamente 10 años de aquello... y quiero mandar un saludo a todo el que recuerde esta historia, ya sea en primera, segunda o tercera persona. Por aquellos maravillosos años, cojones ;)

PD: Mónica, tarjeta roja, a la calle!

5 comentarios:

Per dijo...

Ostiaaaaaaaa!!!! no me acordaba, eso si que fue buena. Ahora lo piensas friamente y os podia haber caido un puro de puta madre si os pillan. Y todo empezo un sabado de borrachera y con la mitica frase que has comentado, " No tienes huevos a ...".

Moran dijo...

Lo dices como si tu no hubieras estado metido en el asunto :D

naedd dijo...

Yo recuerdo aquello como si hubiera sido ayer. Entramos mas txulos que nadie por la puerta que entran los profesores. Habia 2 o 3 dentro y nos miraron pensando "¿y estos?". Subimos las escaleras y nos metimos en una clase. Nos dijeron que nos sentaramos en las mesas de las personas que faltaban y que cuando dijeran los nombres de esas personas levantaramos la mano. Llego el BUHO con sus lentigafs (lentillas + gafas), paso lista y levantamos las manos. El tio ni se entero. Nos dio un texto de religión, joder a nosotros que no habiamos dado algo parecido en la vida. Luego se puso a sacar tarjetas amarillas (por cierto una a ti Moran). La gente en los alrededores se hacia porros (el chaval ese de 16 años) y hacia pintadas en las mesas (un poco cebadas). Y hasi hasta que termino la clase. Luego salimos de alli como Pedro por su casa.Joder, estuvo de puta madre. 10 años han pasado, cuanto ha llovido desde entonces...

Moran dijo...

Cesar aparcó el coche de su hermano a la entrada del colegio. Salimos con nuestras mochilas (para que no faltaran detalles) y entramos por la puerta principal, donde un tipo (¿bedel?) nos preguntó a ver a donde íbamos. "A clase", respondió naedd con total naturalidad y cierta chulería, y seguimos adelante, hasta el patio, donde Perz nos esperaba, por el cambio entre clase y clase: "Si alguien pregunta algo, tu eres Raúl Santos (creo que se llamaba así), te vas a sentar en su sitio". Subimos hasta el piso donde tenían la clase y nos sentamos al fondo, todo el mundo dentro se descojonó. Uno de ellos era un colega que yo había tenido años atrás, y flipó, me preguntaba - casi indignado - una y otra vez a ver qué coño hacía ahí. xD

Empezó la clase y El Buho preguntó a ver a qué se debían esos cambios de sitio, y era que nos veía atras del todo (bueno, veía nuestras sombras) y nos sentamos más adelante, coló. Las mesas estaban puestas de dos en dos, y me senté en la fila central, a la derecha, a mi izquierda había un sitio libre. 5 minutos hacía que había empezado la clase, cuando Monica (que estudió en mi misma ikastola y nos conocíamos del autobús) se sentó en ese sitio, estaba en el baño echando un cigarro. "¡Qué haces tú aquí!" me dijo, descojonándose, y empezamos a hablar. De ahí mi tarjeta amarilla, ella se comió dos (tarjeta roja, expulsión).

Recuerdo una aburridísima clase de religión, algo sobre una isla, creo que era una historieta en plan "que haríais si..." pero la verdad es que no puedo dar más detalles.

Recuerdo la bacilada que Mónica le metió al profesor, recuerdo que como yo no tenía libro pusimos el de Mónica en medio, y veo que se acerca el Buho. Se pone a mi lado, y me preguntó: "¿Quien se ha dejado el libro en casa?" y yo asumí la culpa. Recuerdo que cuando sonó la sirena de fin de clase el Buho, desde su mesa, me empezó a llamar: "Raúl, Raúl" (creo que era) y yo salí a toda ostia de clase. Fuera, Perz me presentó al tal Raúl, y ´le contamos la batallita. "Mejor, así no tengo una falta de asistencia".

Años más tarde me di cuenta de que nos habíamos convertido en leyenda, y que la gente comentaba nuestra azaña como si fuera una leyenda urbana. He escuchado esto por más de una boca!

Da gusto recordar todo esto 10 años más tarde, me sorprende a mi mismo que soy capaz de recordar bastante bien esa tarde. :)

Per dijo...

Joder! ya te acuerdas de puta madre todo lo que ocurrio. Lo mejor fue lo de la tarjeta roja (doble amarilla) y a la calle. Que buenos momentos. Con las veces que me ha echado de clase sin haber hecho nada solo porque me tenia mania, juas juas. Lo seguiremos recordando años y años..